La Fonda de Tafira (Gran Canaria). Bien, pero solo bien.

A veces sales de un restaurante con la sensación de que todo podría haber salido mejor. No con mala sensación, sino como con falta de algo. Sin ese “algo” que te hace pensar “voy a volver otra vez”. Con falta de clímax.

El famoso establecimiento situado en El Fondillo promete mucho más de lo que ofrece. Tiene mucho potencial por explotar, pero gastronómicamente no termina de despegar. Seguro que algún día, con unos cuantos cambios, se convertirá en uno de los mejores restaurantes de la ciudad.

Su ambiente es su mejor fuerte, con decorado estilo medieval, acogedor y romántico. Está situado en la Carretera del Centro, en Tafira, en las alturas, donde se puede disfrutar de una buena vista de la ciudad.

A pesar de que tiene todo a su favor, no explota todo lo que posee en cuestión de comida.

El aspecto de la carta es muy apropiado en relación a la decoración: rústica y bien elaborada.
Su cocina destaca por sus carnes a la piedra, acompañadas por seis salsas, papas panaderas y ensalada de col. Esta especialidad es una buena opción para compartir, en especial las carnes variadas. Las salsas son muy originales, con ejemplos como curry, cebolla roja y remolacha.

Esta innovación está bien, y por ahí deberían seguir, pero ahí compruebas lo que le falta: esa chispa, ese no sé qué que qué sé yo… El plato necesita música, movimiento, alegría. No es fácil conseguir eso, pero tampoco es difícil.

Los entrantes tampoco estaban muy trabajados. El queso frito se derretía y el jamón no era muy ibérico.

En definitiva, salí de allí con la idea de que la cena no había estado tan mal, pero podría haber sido mucho mejor. Repito, con un par de pequeños cambios, el lugar sería una buena referencia para cualquiera con buen gusto.


Calificaciones:

Ubicación: Muy buena. Desde fuera del restaurante se ve muy bien el barrio de Vegueta.

Ambiente: Muy acogedor. Sobraba el hilo musical de avión, pero de resto perfecto.

Servicio: Bueno y amable. La camarera nos aconsejó qué carnes debíamos elegir para los dos, al ser nuestra primera vez.

Comida: Bien, pero sin chispa. 

Precio: No muy alto.

Restaurante Savoy Grill del chef Gordon Ramsay (Londres). La cena de cumpleaños perfecta.

Uno de los mejores regalos que nadie me ha hecho nunca fue el que recibí este año por mi 24 cumpleaños: una cena en el restaurante Savoy Grill del famoso chef Gordon Ramsay, en Londres. Sí, el rubio de “Pesadilla en la cocina” versión americana.

El restaurante Savoy Grill se encuentra en The Savoy Hotel, Londres. Un marco incomparable, muy cerca de Trafalgar Square y Covent Garden. Si esa ciudad tiene su magia propia, este hotel la concentra en unos metros cuadrados. Bastantes, pues tiene una extensión considerable.

Para llegar al Grill hay que entrar al hotel, por lo que se puede disfrutar del lujo y la sofisticación durante unos metros. Se puede esperar incluso en los sillones de la recepción hasta la hora de tu reserva.

La decoración del restaurante es de estilo antiguo y francés, acorde con la cocina, que consiste en versiones modernas de platos e ingredientes de Francia.

Para empezar, nuestra camarera, Sara, nos recomendó unos cócteles mientras esperábamos nuestra comida. Pedimos unos combinados de cereza con vodka que estaban muy buenos, dulces y con gusto agradable.

La carta del restaurante es muy típica Ramsay, de una sola hoja. Quien haya visto “Kitchen Nightmares” alguna vez, sabe que el chef inglés convierte los largos menús de sus víctimas por una sencilla carta con una única página. Y por supuesto, él es el primero que predica con el ejemplo.

A continuación, Sara volvió con su amabilidad y buen servicio característicos para tomar nuestra comanda, que consistiría en:

De entrante, un plato de salmón ahumado escocés con guarnición tradicional: huevo hilado, queso en crema, alcaparras y pan de centeno.

En los platos principales, la elección de mi acompañante fue un solomillo con salsa Béarnaise y papas fritas, y mi elección consistió en pastel de pollo y jamón ahumado con salsa de hinojo en vinagre y perejil.

Ni que decir tiene que la comida estaba exquisita, no se esperaba menos del famoso chef inglés, pero sinceramente no había probado nada tan delicioso como la salsa que acompañaba mi pastel. La camarera introdujo un pequeño embudo en la parte de arriba y lo inundó de salsa, cosa que me sorprendió y maravilló a la vez, pues de verdad estaba muy muy buena.

Los demás platos también eran de diez. El salmón escocés con el pan y la guarnición hacían un entrante perfecto, ligero, fresco y muy sabroso. Probé el solomillo de mi acompañante y estaba en el punto deseado, y la salsa Béarnaise estaba realizada a la perfección. Hasta las papas fritas estaban muy bien hechas, con su punto de sal y crujientes.

El pastel era una combinación perfecta de sabores y texturas, junto con la ya mencionada salsa divina. Un verdadero placer el poder probar esta creación del chef Ramsay.
Por supuesto, y a pesar de los copiosos platos de antes, dejamos un hueco para los postres. Pedimos un soufflé de frambuesa con helado de chocolate blanco y un marquise de chocolate con ganache de chocolate negro y helado de hierbabuena.

Teníamos poco espacio en el estómago, pero conseguimos comernos la mayor parte de los platos, pues estaban deliciosos. El soufflé estaba muy bien ejecutado, y el helado combinaba a la perfección. Mi marquise estaba esponjoso y sabroso, y la bola de menta hacía mucho más fresco el postre.

Pero la sorpresa llegó al final, cuando Sara apareció con un pastelito de chocolate y una vela de cumpleaños. Todo fue obra de mi acompañante, que le agradezco desde aquí, pero la que puso todo el empeño fue Sara, que me cantó un “Happy Birthday” mirándome fijamente. Me dio un poco de miedo, pero sabía que lo hacía porque era una buena profesional, como nos había mostrado durante toda la velada.

En definitiva, fue una de las mejores cenas de mi vida, con comida deliciosa, servicio muy atento y ambiente muy acogedor. 



Calificaciones:

Ubicación: Muy buena. En una de las calles más importantes de Londres.

Ambiente: Precioso y acogedor. Con decoración muy acorde con la cocina ofrecida.

Servicio: Inmejorable. Con las lecciones bien aprendidas: siempre primero a la mujer, con una atención personalizada y única.

Comida: Perfecta. Lo que se esperaba del restaurante de un chef que aconseja a otros.

Precio: Razonable. No es para ir todos los días, evidentemente, pero no era tan disparatado para lo que se podría pensar.

"Un dulce en Londres". Scones, pasteles, cupcakes y cía.

¡Saludos a todos!

Hoy les traigo mi última adquisición de libros de recetas, "Un dulce en Londres" de Amelia Wasiliev, con fotografías de Lisa Linder. Editorial Lunwerg.




Fue un regalo de cumpleaños de mi novio, que conoce mi amor por la gastronomía y por la ciudad de Londres.
Como su propio nombre indica, muestra recetas de repostería típicas de la ciudad de Londres, ideales para acompañar una buena taza de té inglés.

Su índice contiene:
- Pasteles y magdalenas
- Scones y panecillos
- Galletas y barritas
- Tartas y pasteles

                                  

Todos tienen muy buena pinta, y a la hora de hacerlos son muy fáciles y sabrosos. Solo con pasar las páginas se te hace la boca agua.




Este precisamente es un plato que llevo mucho tiempo queriendo hacer: Brownies de chocolate y frambuesas. 
No me digan que con esta foto no les apetece saborear este delicioso dulce...








Además, el diseño es precioso, con dibujos de imágenes típicas de Londres.

Las tradicionales calles con sus casas y los autobuses rojos de dos pisos.








Una representación del skyline de la ciudad bañada por el Támesis.







En definitiva, un libro muy práctico y a la vez muy bonito con cantidad de recetas fáciles de hacer y exquisitas para el paladar.

Ya saben, si quieren disfrutar de lo mejor del Sweet London, pueden adquirir este atractivo libro en sus librerías.

Y con esto me despido hasta la próxima, no sin antes recordarles que en el verano no hace falta comer mucho para deleitarse, pues con unas piezas de fruta combaten el calor y a la vez hidratan su cuerpo. ¡Disfruten del placer de comer sano!

Sándwich de queso estilo americano para días cansados

¡Buenas tardes!

Tras un tiempo de vacaciones, he vuelto para recomendar un snack sabroso y sencillo.

Después de un fin de semana de todo incluido, apetece cenar algo fácil y ligerito. Sin embargo, a mí me apetece un sándwich de queso estilo americano.

Es un plato muy socorrido, de esos que se hacen cuando no hay nada más en casa, pero además está buenísimo. Te enseño cómo hacerlo.

Ingredientes:

- 2 rebanadas de pan de molde.
- Lonchas de queso que se funda fácilmente. El ideal es el cheddar, pero queda muy bien mezclar varios para que quede cremoso.
- Mantequilla o margarina.

Para empezar, untamos mantequilla en las partes exteriores del pan. 


Ponemos todas las lonchas de queso que queramos y calentamos en la sartén cuidando que no se queme.


Podemos colocar algo encima del sándwich para que se haga mejor.

Dejamos unos 5 minutos por cada lado hasta que el queso se funda y listo para comer.


Disfruten de este rico aperitivo y ¡hasta la próxima!